Pilar Marti Collado

Una bella historia de amor

 

 

Aquel dia ella se encontraba mal, dolores premenstruales la apretaban la barriga, como gatos en un saco, el con una sonrisa en los labios se acerco a ella y besándola la dijo:


- no pasa nada, mi amor, todo pasara. Estoy aquí contigo, como siempre


Ella mirándolo con sus ojos profundos, dejo caer una lagrima de agradecimiento y cerro sus pestañas.
La cafetera sonó en la cocina, había acabado y el lo preparo con poco azúcar y leche fría, unas tostadas y mucho amor, y llevándolo a la habitación la obligo a comerlo:

- El desayuno es la comida mas importante, cómelo todo y tomate algo para el dolor.


Ella obedeció, como siempre sonriendo y pensó una vez mas en los años malos pasados en aquellos días en que su marido en vez de eso la gritaba para pedir el desayuno aun cuando ella estaba enferma y en su hijo, una vez mas, tan lejano pero no por eso menos querido, cuanto lo echaba en falta, cada día una lagrima por ese hijo deseado y lejano.
Una vez mas deseo que las cosas fuesen de otra manera, que la vida la hubiese dado una pareja como la que tenia ahora desde el principio, las cosas nunca salen como una lo desea, siempre hay peros.

La niña entro en la habitación riendo a carcajadas, su padre la habia hecho alguna broma de las suyas y gritaba:

- Jooo, dile que se este quieto- mientras saltaba en la cama y se acurrucaba con ella
 

Ella la miro y acariciándola el pelo volvió a sonreír, cuanto deseo una hija, y ahora la tenía aunque no fuese de su sangre.
La niña se hacia querer, dulce y cariñosa, rozaba la tontería, además ya estaba criada y no daba mas problemas que los normales de una niña de 20 años.
La volvió a mirar y recordó una vez mas a su hijo, pero, grito a pareja:
 

- Deja a la niña, pesado, ¿no ves que tus bromas son pesadas?

La niña se acurruco mas aun si es que se podía y la beso

El recordando lo pasado, sonrió y se sentó en el borde de la cama,

recordando…


Recordó aquel día, en que en el aburrimiento de una tarde, se conecto a Internet, buscando un poco de diversión, su vida en familia se derrumbaba a sus ojos y no podia hacer nada, lo había intentado, pero no consiguió nada mas que mal humor y dejadez.

Su anterior pareja había tomado otro camino, alejándose cada vez mas de el y sintiéndose rechazado por ella una vez mas, el decidió buscar un poco de distracción en una pagina de juegos, el parchis fue su vía de escape a una vida que poco a poco lo ahogaba cada día mas.

En aquellos días, conoció a varias personas que intentaron llegar algo mas lejos que una amistad, pero el las rechazo sin explicar mas, no quería un rollo ni una cibernovia, solo hablar y desahogarse un poco.

Ella en cambio parecía feliz, no quería mas que diversión y poesía, justo lo que el buscaba, la poesía su pasión, fue el primer vinculo, recitaba por la sala y cuando no cantaba tangos antiguos que nadie ya conoce, poco a poco se fue forjando una amistad.

Al cabo de unos meses ya tenían confianza suficiente como para contarse cosas mas intimas, problemas, dudas, etc. Dándose común consejo, los mil kilómetros que los separaban no eran más que los escasos centímetros que separaban las caras de la pantalla, casi se tocaban cuando lloraban juntos.

Varios meses mas y aparece la oportunidad de verse en persona, no es tan difícil hacer cien kilómetros como mil y no dudo un instante, fue.

Aquel día, los nervios casi no le dejaban hablar, los miedos a no ser lo que ella esperaba, el temor a ser rechazado por su forma de ser, el ansia de darla dos besos, de cogerle las manos, de besarla y abrazarla le nublaba la vista.

El día fue maravilloso, paseos y conversaciones, abrazos y lágrimas, todo aquello que habían pasado juntos los habían fundido en uno. Tanto fue así que el día aun hoy es señalado por ambos como uno de los más importantes de su vida.

Ya al día siguiente, intento hablar con su otra amiga, ella además de amiga propia era intima de ella, estaba seguro que ella sabia lo que su amor pensaba, y así fue dejando caer cosas para recoger noticias.

Ella, Araceli, fue la que los unió al final, cuando después de aquella conversación en la que el la declaro su amor por Pili y sin soltar prenda, solo dijo:

- Lánzate, ya sabes que te quiero mucho, pero mas no te puedo decir, Pili es como una hija para mí.

Y eso hizo, aquel día se lió la manta a la cabeza y se declaro por el messenger, jamás se arrepintió.

Mas tarde llegaron los viajes, pesados después de trabajar en busca de unos besos escasos, siempre serán escasos, las horas de los fines de semana corrían mas de lo deseado, pero aun así, aun para un minuto, habrían merecido la pena recorrer la distancia que los separaba.

Los apasionados primeros encuentros fueron en casa de Lali, amiga intima de Pili y a la vez lugar en el que vivía después de marchar de su casa con un puñado de pertenencias y muchos miedos, pero mas ilusiones, durante semanas allí fueron, besándose y amándose como adolescentes, haciendo planes de futuro y sobretodo conociéndose mas y mas en cada uno de ellos.

Por fin llego el día esperado, dejaba la lejana provincia y se iban a vivir juntos, Lali, como buena amiga y mejor guardiana de la seguridad de Pilar se vino con ella.

Los comienzos no fueron buenos y el piso donde esperaban quedarse desde la llegada les fue negado, la primera noche en aquella pensión en La Penilla, la decepción de el por el planto dado en cuanto al sitio donde quedarse y sobretodo su impotencia por hacer algo, no hicieron de aquella noche la mejor noche, pero los brazos de ella, sus besos, alejaron el fantasma y ahora solo desea recordar el olor a chocolate de la cercana fabrica de Nestle, el olor del gel en aquella ducha compartida, los juegos eróticos que ella, en un intento de hacerle olvidar la decepción recibida, mostró aquella noche.

El amanecer de aquel día, como el de tantos otros después, fue difícil para el. La despedida para ir al trabajo, la incertidumbre de saber que a la siguiente noche no seria fácil encontrar solución, y una pensión dada su situación económica, no era algo que pudieran permitirse durante muchos días, pero apareció, no era buena, pero era valida.

Recordó aquella visita rápida a Los Corrales de Buelna, la conversación mantenida con su mejor amiga Maguie, suplicando un rincón del almacén de un negocio, los peros de ella, aquí no hay agua… hace frío… madrugamos… etc. La convenció de que ellos podían quedarse allí unos días, y con el corazón exultante de alegría por saber que si lo deseaba ella se quedaría en Cantabria, el tiempo necesario para poder entrar en su casa, un mes y medio, un plazo largo para las incomodidades que podía ofrecerla, pero si aceptaba, el se encargaría de hacerla olvidar cada uno de los malos momentos dándola cada día (si cabe) mas amor y atenciones.

Los días fueron pasando y cargando las espaldas de recuerdos, de abrazos, pero también los roces con Lali, con Maguie, con su marido, con su socio. Dada la incomodidad de la situación el cansancio y la invasión del terreno era lógico que esto llegase y de ello derivo la marcha de Laly hacia Alicante.

Laly, la solitaria Laly, siempre sonriente, aquel día lloro, intento que no la viéramos, pero cuando el autobús arranco, las lagrimas mojaban su tez oscura, no sabíamos cuanto tiempo estaríamos sin volver a verla y recordo como Pilar lloro de espaldas al autobús, escondiendo su cara bajo la capucha, como a el se le hizo un nudo en el estomago e intentando evitar que se notase, no paro de hacer payasadas y gracietas, recordó el arrancar del vehiculo y su giro antes de enfilar la carretera y como en los ojos de Pilar se dibujo claramente el miedo a la soledad, al que pasara ahora que estoy sola con el.

Recordó así mismo que dos semanas después estaban de nuevo juntos durante las vacaciones en Alicante.

Recordó el día de su presentación ante la familia de ella. Que nervios, con lo vergonzoso que es.

Primero su madre, doña Pilar: Seria, prudente, dos besos, una mirada, mucha tarea, un poco a la defensiva, en una cocina sin mucho que hacer, demostrando lo hacendosa y limpia que es.

Después su hermana, Marta: Juvenil y dicharachera, muy nerviosa, sonriente, de paso firme, demostrando que aunque pobres, tenemos casi de todo y además, muy honrados, vamos un cacho de pan de esta mañana, eso si el orgullo de saberse superviviente de mil y una batallas en los ojos. A Marta ya la conocia de alguna conversación en Messenger, de repararla el ordenador a distancia y de una o dos veces haber hablado con ella por telefono y siempre le habia caido bien, su frescura y desenfado le parecieron desde el primer momento un punto a su favor, eso unido a su estrecho vinculo con Pilar hicieron que la mirara con buenos ojos desde el pincipio.

Su cuñado, Juan: Sumiso y pasota, que no quiere líos de los temas de la familia, lo mismo le da lo que piensen de el, mientras no le toquen las narices, cara de mala uva cuando se las tocan tiene, pero como aquel otro pescador… intentando imponer la paz. Sus silencios, algo mas que prudentes, hacian de el un hombre distante, casi lejano, pero a su vez dos o tres sentencias salidas de su boca, le produjeron cierta admiración, no es distancia es independencia.

Mas tarde fue su otra hermana, Sara: Ocupada, como casi siempre en el bar que regenta, se la veía nerviosa y observadora, estudiándolo como a un espécimen desconocido, correcta eso si, pero sin fiarse. El poco contacto posible, dada la hora a la que fueron presentados, (Hora de dar comidas) dejo en el una inquietud manifiesta, que por supuesto no dejo de comentar en el primer momento de intimidad.

El marido de Sara, Eugenio: Correcto, pero ocupadísimo, casi no hizo caso de la visita, es un desconocido aun hoy.

Poco a poco se integraba en esta nueva familia, con sus rarezas era aceptado por lo que era, es mas mas que por lo que era, por lo que demostraba con Pilar día a día.

Meses después conocería al resto de la familia.

La vuelta desde Calpe desde luego fue un tiempo para hablar de impresiones, y todas fueron buenas, unas mejores y otras peores, pero todas buenas.

La llegada a Santander planteaba otro problema, se despidieron de Maguie sabiendo que allí no volverían a dormir, puesto que la relación se había enfriado debido principalmente a los roces surgidos, así que el decidió pedir a su madre un poco de cobijo para ambos.

Su madre, reticente ante la idea de tener a alguien desconocido en casa, accedio a ello de mala gana, pero comportándose les acogió en su casa

 

 

Continuara.....

Fernando

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Paginas amigas

 

DESDEMICORAZON

Poesia de autor

 

 

ARANDO EN EL MAR

Cruzaste mi camino por azar...
¿Que por qué reparé en ti?
No sé...
Eras alegre, casquivano...
¿O eras casualidad?
Qué más da...
Tus ojos me fijaban con insolencia
mientras avanzabas paso a paso
por mi sendero de sueños...

Te vi aquella mañana...
Arando en un mar transparente
de encajes celestes...
Allí donde las nubes fuerzan la marea
acariciar la arena...
Tu mirada chispeante cantaba
en mis ojos mientras te soñaba.
Brillabas en mi alma como brilla
el reflejo del sol sobre las aguas
calmas...

Más allá de la razón...
Nos lanzamos al vacío de un
mundo desconocido...
Un mundo donde la brisa se
transforma en fuego...
Donde se confunden ternura,
deseo, pasión y juego...

Y tus ojos cambiaron de expresión...
Vi una mirada sensual y penetrante
desnudar mi timidez en un instante...
Sentí la vida oscilar bajo tus manos
suaves...
Y en el olvido nos ahogamos,
vencidos...

Pero las nubes corren esta noche,
veloces...
Ya tu rostro etéreo detrás de una
estrella se esconde...
Ya una lluvia de lágrimas borró
despacio las huellas de tus pasos...
Ya solo adivino la risueña expresión
de tus ojos...

Ay, amor...
Si ya te entregué todo lo que se
puede entregar...
Dime, di...
¿Qué más te podría dar?
Si no eras realidad...
Te vi pasar por mis sueños...
Nada más...

Marie-Ange Bonnevie

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