Poetas y navegantes en mar de la fantasía
rebocemos esta copa con sueños e ilusiones
para brindar porque brille el sol de la poesía
en todo el universo sin rencor y sin pasiones.
Apuremos esta copa con amor y con euforia
por esas musas doradas que nos dan inspiración,
por la lira encantada que nos lleva hasta la gloria.
por la lengua castellana, por nuestra amada nación.
Brindemos por esta sangre que llevamos en las venas,
por héroes que murieron con el corazón de lirio,
por maestros que han luchado en estas duras faenas
de cantar con alegría y sin temor al martirio.
Héctor José Corredor Cuervo
ARANDO EN EL MAR
Cruzaste mi camino por azar...
¿Que por qué reparé en ti?
No sé...
Eras alegre, casquivano...
¿O eras casualidad?
Qué más da...
Tus ojos me fijaban con insolencia
mientras avanzabas paso a paso
por mi sendero de sueños...
Te vi aquella mañana...
Arando en un mar transparente
de encajes celestes...
Allí donde las nubes fuerzan la marea
acariciar la arena...
Tu mirada chispeante cantaba
en mis ojos mientras te soñaba.
Brillabas en mi alma como brilla
el reflejo del sol sobre las aguas
calmas...
Más allá de la razón...
Nos lanzamos al vacío de un
mundo desconocido...
Un mundo donde la brisa se
transforma en fuego...
Donde se confunden ternura,
deseo, pasión y juego...
Y tus ojos cambiaron de expresión...
Vi una mirada sensual y penetrante
desnudar mi timidez en un instante...
Sentí la vida oscilar bajo tus manos
suaves...
Y en el olvido nos ahogamos,
vencidos...
Pero las nubes corren esta noche,
veloces...
Ya tu rostro etéreo detrás de una
estrella se esconde...
Ya una lluvia de lágrimas borró
despacio las huellas de tus pasos...
Ya solo adivino la risueña expresión
de tus ojos...
Ay, amor...
Si ya te entregué todo lo que se
puede entregar...
Dime, di...
¿Qué más te podría dar?
Si no eras realidad...
Te vi pasar por mis sueños...
Nada más...
Marie-Ange Bonnevie